
El desplome de Tesla en Europa trae malas noticias para España. Concretamente, para Valencia
El proyecto de gigafactoría de Tesla en Valencia ha entrado en hibernación indefinida. Desde el memorando firmado con la Generalitat en junio de 2023, no ha habido avances tangibles: ni contratos públicos, ni licencias de obras, ni calendario de inversión.
Tesla había encontrado terrenos ideales en Cheste, y el Consell –en ese momento, de Ximo Puig– había prometido tramitación exprés como proyecto territorial estratégico, la misma fórmula que ha funcionado con Volkswagen en Sagunto. Pero ahí se ha quedado todo.
Por qué es importante. La parálisis de Tesla deja a la Comunitat Valenciana con una promesa industrial menos y la urgencia de no hipotecar recursos públicos en proyectos fantasma. Ford Almussafes está atravesando su peor crisis con EREs y caída de producción. La región necesita inversiones reales, no memorandos de entendimiento que no llegan a nada.
El caso evidencia también el riesgo de los «efectos anuncio»:
Inflación del precio del suelo.
Expectativas laborales frustradas.
Recursos administrativos dedicados a tramitar castillos en el aire.
Valencia debe aprender de Sagunto: los proyectos industriales se miden en contratos firmados y calendarios verificables, no en reuniones preliminares.
El contexto. Tesla ha pasado de liderar el mercado eléctrico continental a una crisis de ventas sin precedentes. En Alemania, primer mercado europeo, apenas ha vendido 1.110 unidades en julio —una caída del 55%— mientras el sector eléctrico crecía un 58%.
La empresa ha descendido del primer al decimocuarto puesto entre las marcas más vendidas en territorio germano. Ninguno de sus modelos figura entre los veinte más populares del país donde tiene su única gigafactoría europea, que además es el más poblado del continente y uno de los mayores en poder adquisitivo.
En cifras. Los números de Tesla en Europa dibujan un colapso generalizado:
Reino Unido: -60% (987 unidades frente a 2.462 del año anterior).
Suecia: -86%.
Bélgica: -58%.
Francia: -27% mensual, -40% acumulado anual.
Cuota de mercado europea: del 1,8% al 1%.
El contraste. Mientras Tesla se hunde, Volkswagen ha duplicado sus ventas eléctricas en 2025 y domina el mercado continental. El ID.3 lidera las ventas alemanas con 2.907 unidades, seguido del ID.7 con 2.675. La mitad de los eléctricos vendidos en Alemania ya llevan el logo de VW.
La gigafactoría del grupo alemán en Sagunto avanza según lo previsto: obra en marcha, acuerdos energéticos firmados, producción programada para 2026 y miles de empleos garantizados. Un proyecto real frente a una promesa evaporada.
Entre bambalinas. La factoría de Berlín ha reducido los turnos de producción del Model Y de tres a dos diarios. Los Tesla no vendidos se acumulan en un antiguo aeropuerto de Alemania del Este, a 60 kilómetros de la planta, esperando compradores que no llegan.
El modelo barato de 25.000 euros que Tesla pensaba fabricar en Valencia también está congelado. La empresa apuesta ahora por una versión descafeinada del Model Y: mismo coche pero con menos calidades, sin techo acristalado ni pantallas traseras.
En resumen. Tesla ha pasado de revolucionar el mercado eléctrico a convertirse en una marca más entre muchas, y no de las mejores posicionadas. Su gigafactoría fantasma en Valencia es el símbolo perfecto de esta caída: un proyecto que nació como promesa de futuro y ha quedado reducido a un memorando archivado.
Mientras Volkswagen sí construye en Sagunto, Tesla apila coches sin vender en aeropuertos abandonados. La lección para Valencia es clara: en política industrial, los únicos empleos que cuentan son los que tienen nómina, no los que aparecen en PowerPoints.
Imagen destacada | Alain ROUILLER, Milan Csizmadia
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La noticia
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Xataka
por
Javier Lacort
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